El valor estratégico de la SST
¿Qué consideras como determinante, más allá de la formación, para conseguir el éxito dentro de la seguridad y la salud en el trabajo? ¿Cómo definirías este éxito: como generación de valor o en función de criterios más técnicos, como la reducción de accidentes e incidentes?
Hemos optado históricamente por una prevención muy tradicional, muy reactiva y basada en indicadores de resultado: número de accidentes, el índice de incidencia, etcétera. Quizás tenemos que ir en otras líneas, no tanto de indicadores de resultados, sino de esfuerzo preventivo.
Una organización exitosa en la gestión de la seguridad y salud es una organización que es coherente. Tiene que haber coherencia entre lo que declaramos en nuestras políticas de seguridad y políticas de prevención, entre lo que se refleja en esas políticas y en lo que hacemos. Si no hay coherencia, es imposible que tengamos éxito en generar ese valor por parte de nuestra organización y que las personas lo conciban como como tal.
Y son necesarios más factores: liderar desde la seguridad y la salud y el compromiso, pero un compromiso real, activo y palpable de los responsables de las empresas, de los mandos, de los trabajadores, de nosotros como técnicos prevención. Poner en el centro a las personas y ser coherentes: creo que esa sería la receta del éxito en la gestión de la seguridad y salud.
Cuando no hay coherencia se priorizan cuestiones más productivas o económicas. Los datos muestran que las motivaciones principales de las empresas al gestionar la prevención son evitar una multa y evitar que haya responsabilidades legales. Si esas son nuestras principales razones para hacer y gestionar la prevención, tenemos un problema.
En nuestro informe anterior, uno de los expertos entrevistados afirmaba que los técnicos de SST y PRL en España a veces están tan enfocados en temas técnicos que olvidan el valor que puede aportar su trabajo a las empresas. ¿Estás de acuerdo con esto? ¿Cómo se podría revertir?
Creo que a veces nos hemos enfocado mucho en la parte técnica y quizás no hemos sabido vender el valor que tienen la seguridad y la salud de las en las empresas. No gestionar bien en seguridad y salud tiene una repercusión importantísima en la productividad de las empresas, en su competitividad y en la sostenibilidad.
Tenemos que vender de otra manera, hablar el mismo lenguaje que nuestras partes interesadas. Nos hace falta incorporar otra visión que es el análisis coste beneficio. Normalmente, cuando todo va bien y no ocurre ningún accidente, la prevención está vista como un coste. Sin embargo, cuando ocurre un accidente es cuando de repente nos echamos las manos a la cabeza.
Algo que muchas veces no se hace es analizar las medidas correctivas tras un accidente. Esta sería una forma de evidenciar la rentabilidad de las acciones de prevención.
Los técnicos tenemos una labor de evangelización y margen de mejora en cómo vendemos y en cómo hacemos ver el valor de nuestra actividad. Hay que trabajar para que no solo la sostenibilidad, sino también la seguridad y la salud estén en las estrategias de las empresas.